Historias DiarioSur
Por Pablo Santiesteban , 20 de agosto de 2021

Ancud, la puerta a la mágica Chiloé cumplió 253 años

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La Plaza de Ancud en 1961 con la vista de la Catedral agrietada. Posteriormente debió dinamitarse por el peligro de derrumbe.
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[#HistoriasDiarioSur] Fundada en 1768 por los españoles su puerto y fortificaciones pronto le dio relevancia al interior de la isla grande.

La isla de Chiloé fue un enclave estratégico para la corona española en el sur de América y tuvo hasta más cercanía con el Virreinato del Perú que con el mismo gobierno del Reino de Chile. Los conquistadores llegaron a la isla en 1567 y levantaron la ciudad de Castro.

Entre el siglo XVII y XVIII toda la costa chilena empezó a ser asolada por piratas o navíos de países enemigos de España y ante tal situación y por orden del rey Carlos III se ordenó fortificar la parte norte de la isla de Chiloé, así un 20 de agosto de 1768, hace 253 años, se levanta una nueva ciudad que pronto adquirió relevancia, no sólo en la isla, si no que en todo el cono sur: San Carlos de Ancud.

Fue el gobernador de Chiloé, Carlos de Beranger y Renaud, quien ordenó que los vecinos de San Antonio de Chacao debían trasladarse hacia el oeste para fundar la Villa y Fuerte Real de San Carlos de Chiloé. El asentamiento empezó a adquirir notoriedad, primero desde el punto de vista militar y posteriormente porque se transformó en un puerto importante a la isla, incluso desplazando a Castro que tenía más años que la nueva villa. Pronto a los gobernadores de la isla se vieron en la obligación de irse a vivir a San Carlos, pues como era el mejor puerto justamente era ahí a dónde llegaba el Real Situado que era la partida anual de recursos que el Virreinato del Perú enviaba a las ciudades que dependían de su autoridad.

FORTIFICACIONES

Como punto militar Ancud surgió como una ciudad militar fuerte para cualquier invasor y llegó a tener seis fuertes y baterías, ellas eran el mismo fuerte San Carlos, San Antonio, San Miguel de Agüi, Chaicura, Balcacura y San Antonio de Chacao.

Todos esos fuertes resistieron o disuadieron eventuales invasiones donde se destaca la ocurrida en marzo de 1820 cuando el gobernador Antonio de Quintanilla repelió el intento del marino escocés Lord Thomas Cochrane en el fuerte Agüi que comandaba las fuerzas patriotas. Posteriormente en 1824 hubo una nueva invasión a la isla que fue medianamente repelida en l Batalla de Mocopulli hasta que en enero de 1826 los patriotas derrotaron a los realistas en las batallas de Pudeto y Bellavista.

CAMBIO DE NOMBRE

El 4 de julio de 1834 San Carlos de Chiloé cambió su nombre por el de Ancud y se le otorgó el título de ciudad junto con su designación como capital de la provincia de Chiloé en desmedro de Castro. Dicha condición la tuvo hasta 1982.

En junio de 1834 la ciudad fue visitada por Charles Darwin en su segundo viaje en la embarcación Beagle y realizó una descripción de los paisajes de la isla, al igual que de su fauna y flora.

Ancud también tomó relevancia en el ámbito religioso cuando en una bula del Papa Gregorio XVI, en 1840 se erigió la diócesis de San Carlos de Ancud, cuya jurisdicción abarcaba desde la Araucanía al estrecho de Magallanes. El primer obispo fue Justo Donoso Vivanco, creador del colegio llamado Seminario Conciliar.

Otro hito ocurrió en 1843 cuando desde esa ciudad zarpó la goleta Ancud para tomar posesión del Estrecho de Magallanes, de esta manera se tomó posesión de la zona austral y se construyó el fuerte Bulnes.

Durante el siglo XIX la ciudad se caracterizó por una activa vida comercial como consecuencia del intenso comercio marítimo, el cual decayó con la apertura del canal de Panamá.

LA LLEGADA DEL TREN

El transporte y telecomunicaciones ha sido un tema dentro de la isla. La primera ruta que unió Ancud con Castro fue la que realizó el huilliche Caicumeo por petición del Gobernador de Chiloé Antonio Martínez y la Espada o Francisco Hurtado del Pino. Ese fue el primer camino en la isla y no está claro cuándo fue terminado, pero sí comenzó a usarse a fines del siglo XVIII y estuvo vigente hasta bien avanzado el siglo XIX.

En 1905 el Congreso chileno encargó los primeros estudios para llevar el servicio de ferrocarril a la isla y en 1907 se encargó al consorcio franco-belga Societe Chemin de Fer du Chili su redacción definitiva. Los trabajos comenzaron finalmente el 6 de febrero de 1909 con una ceremonia en la futura estación Ancud y los trabajos duraron tres años hasta su inauguración el 2 de abril de 1912.

La línea férrea contó con una red de 88,4 kilómetros entre Ancud y Castro y 8,4 kilómetros adicionales en el ramal Ancud-Lechagua.​ La operación normal comenzó el 27 de julio de 1912 y el servicio duró hasta 1960 cuando la línea fue seriamente afectada por el terremoto y maremoto del 22 de mayo de ese año.

DESASTRES

Los desastres también han golpeado a la ciudad, uno de los primeros fue el incendio del 15 de febrero de 1879 cuando la catedral, la Intendencia, los edificios públicos del centro cívico y 500 casas fueron destruidas por completo.

Costó mucho levantar la ciudd, de hecho, la nueva catedral fue construida de hormigón y consagrada el 1 de enero de 1900.

En los primeros años del siglo XX se estableció en las cercanías de la ciudad una importante colonia de pobladores, especialmente alemanes, que dieron un nuevo impulso al comercio, especialmente el maderero.

El segundo desastre que afectó a la ciudad fue el terremoto y maremoto del 22 de mayo de 1960 que causó daños importantes en la ciudad y varios cientos de muertos. El maremoto además borró todos los palafitos de tenía la ciudad y la Catedral se vio seriamente afectada y como corría el riesgo de desplomarse tuvo que ser dinamitada.

TURISMO

Actualmente el turismo es un servicio importante para la ciudad, destacando la ciudad misma con su arquitectura, su museo regional y la visita al fuerte de San Antonio.

También están las pingüineras de Puñihuil que se ubican a 27 kms. de Ancud, declarado Monumento Natural por ser el único lugar del mundo donde los pingüinos de Humboldt y Magallánicos anidan lado a lado. Las familias pueden contratar lanchas para acercarse a una distancia prudente y ver las colonias de estas y otras aves acuáticas.

Vista del Fuerte San Antonio de Ancud.

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