Opinión
Por Redacción , 19 de marzo de 2023 | 22:31

Discapacidad en Educación Superior: “Un desafío constante”

  Atención: esta noticia fue publicada hace más de un año
Matías es presidente de la Fundación Chilena para la Inclusión.
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Columna de opinión de Matías Alberto Ampuero Ampuero, técnico trabajo social, presidente Fundación Chilena para la Inclusión.

Columna de opinión de Matías Alberto Ampuero Ampuero, técnico trabajo social, presidente Fundación Chilena para la Inclusión.

Lo que pudiese ser cotidiano para algunas personas, como lo es el ingreso a una casa de estudio de educación superior, para las personas en situación de discapacidad resulta todo un desafío. 

Lo cierto es, que lo anterior nos invita a reflexionar sobre ¿cuáles son las barreras a las que debe hacer frente un estudiante en situación de discapacidad?, ¿cuál es el nivel de avance, en materias como accesibilidad a la educación superior, permanencia del estudiante en su proceso formativo y articulación de apoyos en el ámbito educativo?

Si bien es cierto, en respuesta a las interrogantes anteriormente planteadas, se crean leyes en el ámbito de educación, que buscan “garantizar la inclusión” de estudiantes en situación de discapacidad en instituciones de educación superior, aún existen aspectos que requieren ser fortalecidos, como accesibilidad e infraestructura, pero también derribar el paradigma tradicional de la enseñanza como la conocemos, mediante la implementación de estrategias pedagógicas que den respuesta a la diversidad. 

En la actualidad, contamos con una prueba de selección universitaria (PTU), que resulta ser un instrumento estandarizado que no responde a la diversidad de los/las estudiantes, siendo una de las demandas que por largo tiempo a sido discutida, si bien, existen adecuaciones para estudiantes en situación de discapacidad, la estructura y la manera en que se presentan los contenidos se mantiene, por lo que resulta insuficiente para responder al universo de los estudiantes. 

Una de las medidas anunciadas, como alternativa a los/las estudiantes que presentan debilidad en cuanto a los conocimientos exigidos en la evaluación, es una medida que responde a la necesidad colectiva a partir del escenario actual pero que, sin embargo, no responde a las falencias anteriormente indicadas. Lo cierto es que, no existe adecuaciones conceptuales y programas pre – universitarios que apoyen la transición de la educación especial a la educación superior. 

Resulta interesante que, ante los cuestionamientos anteriormente planteados, preguntarnos ¿Qué se está haciendo actualmente por garantizar la inclusión de estudiantes en situación de discapacidad al tránsito a la educación superior?, ¿Quiénes se están encargando de promover este derecho?, la respuesta resulta ser simple, y es que, en la actualidad, aún falta por transitar a una sociedad inclusiva, a nivel político, que es donde se gestan las políticas públicas, no existe representatividad en lo que respecta al ámbito de inclusión, basta con preguntarnos ¿Cuántos constituyentes en situación de discapacidad actualmente nos representan? ¿Cuántas cartas presidenciables han abordado genuinamente la temática de inclusión?, no habiendo representatividad, no cabe lugar para que se gesten nuevas propuestas, principalmente en el ámbito de educación.

En el ámbito de permanencia, influyen aspectos tanto internos, como ajenos a la persona en situación de discapacidad, el primero dice relación con un aspecto relevante a considerar, vinculado al autoconcepto, el como yo me reconozco, así como, el desarrollo de habilidades sociales, lo cual impacta en el proceso académico del estudiante, resultando fundamental contar con un apoyo integral que involucre la dimensión académica y el ámbito psicosocial durante el transcurso del proceso formativo, para promover la capacidad del “yo puedo”,  considerando el conjunto de potencialidades de la persona, brindándole la seguridad para enfrentar este nuevo desafío, de esta manera, asegurar la permanencia del estudiante y disminuir el índice de deserción, junto a ello, resulta fundamental, crear al interior de las comunidades educativas, una cultura inclusiva en atención a la diversidad de los/las estudiantes, de esta manera, promover una educación más inclusiva.

En cuanto, a los apoyos dirigidos a los/las estudiantes en situación de discapacidad en el ámbito educativo, si bien es cierto, existe un avance en términos conceptuales y metodológicos, el camino es aún extenso 0070 para transitar a una educación inclusiva, debemos entender la diversidad y atender con estrategias innovadoras que respondan a las necesidades educativas de cada estudiante, facilitando así su proceso educativo. Cuando una persona en situación de discapacidad entra por primera vez a la educación superior resulta una aventura que no se encuentra exenta de desafíos, sin embargo, para poder cruzar y hacer frente a estos, resulta indispensable que el sistema tradicional de enseñanza se adapte, generando avances a nivel metodológico, como lo es la implementación de estrategias diversificadas, ajustes razonables que se adecuen a los diferentes necesidades educativas de los/las estudiantes y a nivel cultural para una educación inclusiva.  

Matías Alberto Ampuero Ampuero
TEC. TRABAJO SOCIAL
Presidente Fundación Chilena para la inclusión 

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