Historias DiarioSur
Por Pablo Santiesteban , 1 de abril de 2021

Mocopulli, la batalla más sangrienta de la invasión a Chiloé

  Atención: esta noticia fue publicada hace más de 3 años
Las ciénagas de Mocopulli fueron escenario de este combate, de hecho hasta hace pocos años se encuentran vestigios de la batalla. Beauchef estuvo a punto de morir en esta acción.
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[#HistoriasDiarioSur] Aunque los patriotas se alzaron vencedores debieron abandonar el ataque final, tras la gran cantidad de heridos que tenían. Hasta el propio Beauchef estuvo a punto de morir en combate. Chiloé no pudo ser liberado en dicha batalla.

Había pasado tres días desde que el sargento mayor Manuel Riquelme, tío de Bernardo O’Higgins, se había tomado el fuerte de Carelmapu, el 29 de marzo de 1824, cuando libre de esa línea defensiva el director supremo Ramón Freire y el coronel Jorge Beauchef deciden dar el golpe final y atacar la isla de Chiloé. Así ambos libraron el 1 de abril de 1824 la Batalla de Mocopulli, una de las más sangrientas en la lucha por incorporar la isla a la República de Chile, pues dejó un número de 500 bajas entre patriotas y realistas y el propio Beauchef estuvo a punto de morir de no ser por la heroica acción de un soldado.

Hasta nuestros días en el sector Mocopulli, en la comuna de Dalcahue, se siguen encontrando numerosos hallazgos en el terreno de la batalla y los que se han encontrado se exhiben en el Museo Municipal de Dalcahue. Uno de los más interesantes es un sable de caballería encontrado en el año 2006, pero lo atractivo del arma es que tiene grabados en francés, lo que hace deducir que debió pertenecer a alguno de los oficiales franceses que viajaban con Jorge Beauchef o, tal vez, a él mismo.

En marzo del año 2015 las autoridades de Dalcahue dieron a conocer el hallazgo de un polvorín, que presumiblemente habría sido utilizado por el ejército chilote en la antesala de la batalla de Mocopulli.

INVASIÓN

En 1824 Chiloé era el único bastión realista que quedaba en Chile y la intención del director supremo Ramón Freire era incorporarla a la república. La invasión que organizaron los patriotas no estuvo exenta de problemas y algunos creen que eligieron muy mala fecha, pues en marzo el clima no era favorable para las embarcaciones, las que tuvieron problemas, pues un temporal dispersó a la tropa y el bergantín Pacífico debió regresar a Valdivia para reparaciones.

Las tropas zarparon el 18 de marzo desde el puerto de Corral, en Valdivia, rumbo a la isla. Beauchef le informó a Freire que el ataque debía hacerse entre marzo y abril cuando los milicianos eran licenciados para cosechar y la defensa quedaba reducida a los regulares. 

En Chiloé el gobernador Antonio Quintanilla esperaba una invasión para los meses de verano, por lo mismo los sorprendió las noticias de la llegada de una fuerza expedicionaria patriota a la isla.

Entre el 23 de marzo, los patriotas cruzaron el Canal de Chacao e hicieron algunos desembarcos en las cercanías de San Carlos de Ancud sin encontrar resistencia. De este modo, el 25, se tomaron varias baterías menores en Chacao y Corona. Freire envió un emisario a Quintanilla para que éste se rindiera, pero no aceptó y preparó la defensa.

Freire optó por no atacar Ancud, pero las defensas eran muy fuertes y decidió seguir por mar hasta Dalcahue. Lamentablemente uno de los barcos, el Voltaire, encalló cerca de Carelmapu y se perdió todas las municiones y armamento. 

Freire ordenó que la Chacabuco y la Ceres, con 600 soldados, naveguen a Dalcahue a las órdenes de Beauchef, fuerzas que desembarcaron el 31 de marzo con la intención de marchar por tierra de vuelta al norte y atacar San Carlos, a 65 km de distancia, mientras que otras fuerzas desembarcadas en Chacao lo harían simultáneamente desde el noreste.

EL 29 de marzo Manuel Riquelme se tomaba el fuerte de Carelmapu y Maullín con 250 hombres que desembarcaron del Galvarino. Sólo perdió dos hombres en el ataque.

LA BATALLA

El avance por tierra de los hombres de Jorge Beauchef fue muy lento porque el terreno era fangoso y de espesos bosques. Los realistas, en tanto, ya sabían del avance de sus enemigos y los esperaron en las ciénagas de Mocopulli en Chiloé, bajo el mando del coronel José Rodríguez Ballesteros. 

Las fuerzas realistas conocían el avance y se encontraban apostadas ocultas en los bosques y disponían de un cañón y con la ventaja de conocer el terreno. Los patriotas marchaban conformados en la vanguardia por una compañía del Granaderos Nº 1, al mando del capitán Guillermo Tupper, al centro lo hacia el Batallón Nº 8 y en la retaguardia al mando del Coronel José Rondizzoni, marchaba el Batallón N° 7.

El ataque realista se produjo sorpresivamente desde una posición elevada, que unido al desconcierto entre los patriotas, resultó exitoso en un principio. Los hombres de Beauchef lograron sobreponerse a la adversidad inicial y repelieron a los realistas.

En medio del fragor de la batalla el arriesgado Beauchef estuvo a punto de morir por la bayoneta de un chilote. Los oficiales realistas lo reconocieron y empezaron a gritar a todo pulmón: "¡A él, al comandante, al de las charreteras...!". Un chilote lo atacó en medio la confusión y de improviso apareció el soldado Diego Lanas, se interpuso entre el soldado realista y Beauchef, y recibió el bayonetazo en plena cara. Pese a la herida, Lanas desarmó y dio muerte al soldado chilote y puso en resguardo a Beauchef.

Según Beauchef al escribir sus memorias los chilenos tuvieron 90 muertos y 144 heridos. El capitán Tupper habló de 320 hombres muertos y heridos y los realistas tuvieron entre 150 a 200 muertos. 

TRIUNFO A LO PIRRO

Tal como los romanos en su ataque contra el rey Pirro, el combate de Beauchef fue un trunfo “a lo Pirro”, o sea, con muchas bajas y pérdidas materiales, pues quedaron escasos de municiones, el armamento quedó descompuesto y la moral del batallón N° 7 quedó muy baja. Puesto que la mayor parte de las fuerzas realistas se habían retirado intactas los patriotas tuvieron que retroceder esa misma noche a Dalcahue y arrastrando lo mejor que pudieron a los numerosos heridos.

Al día siguiente, Beauchef se puso en contacto con el general Ramón Freire, quien le comunicó que por su parte no había atacado San Carlos y le ordenó volver al canal de Chacao.

Freire decidió finalmente retirarse de la isla no sin antes prometer volver junto con Beauchef. Chiloé recién pudo ser liberado en enero de 1826 con las batallas de Pudeto y Bellavista donde ambos héroes estuvieron nuevamente para ver a la isla libre de los realistas.

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